La edad...
Puedo escribir los versos mas tristes esta noche...
y no serán por un amor perdido ni estrellas que titilan en lontananza...
Es por la estrella que me dió la luz y que hoy se deja apagar.
Mi viejo con sus apenas 77 años no encuentra su lugar en esta sociedad; y es que no existe lugar para los mayores, para los que fueron honestos toda su vida y no supieron aprovecharse ni siquiera de las ventajas de estar vivo. Y son cientos y miles y no temo decir millones de estas personas que son fantasmas entre nosotros. Que ya no tienen espacio para disfrutar. No tiene que ver con los planes sociales, con las migajas que le pagan como jubilación a pesar de haber aportado gran parte de su sueldo, ni siquiera es por falta de cariño, pues juro y perjuro que sus 5 nietos se lo dan a diario. Lo que tienen es falta de voluntad, falta de espacio y falta de tiempo aunque les sobre el vivido y el del día, me refiero al tiempo activo, al tiempo "productivo" (por mas que no sea el término mas apropiado), no "tiene" nada que hacer.
Se que es una cuestión de actitud, aun así lo veo como una víctima de esta sociedad.
Si hubiéramos aprendido de los "bárbaros" de aquella "civilización o barbarie" a quienes destruyó "la cultura" hoy en día nuestros mayores serían respetados y admirados en lugar se ser obviados por todos. Y es que los mayores en las civilizaciones precolombinas, en las culturas de la pachamama, de la tierra, eran los sabios, eran los conocedores, los que habían contemplado, observado y aprehendido cada una de las enseñanzas de la naturaleza y la tradición. En cambio en donde la cultura se aprende de libros, teorías y teoremas, y hasta videos de como vivir en la sociedad, cuando todo eso pasa de moda, cuando todas esas teorías quedan obsoletas ante los avances de la ciencia y tecnología, los mayores quedan olvidados y fuera de contexto en esta "floreciente civilización global" que arrasa con todo.
Y mi papá está muriendo y no tiene ninguna enfermedad. Muere con las plantas que no riega, con sus animalitos que casi no atiende, con sus libros que hace rato no lee, muere postrado en su cama esos días en que no tiene ni ganas de levantarse porque sus nietos no van. Y no solo no está enfermo, goza de buena salud hasta que se acuerda de que al otro día tiene que despertarse.
En la cultura de la aspirina (remedio que calma la fiebre y el dolor pero no cura nada) y la cocacola (bebida que no sacia la sed, por el contrario te hace beber mas de lo que necesitas) el stress y la depresión son las divas del espectáculo. Y millones de jóvenes dan la espalda a sus viejos; millones de mayores que están a punto de jubilarse ignoran que están por enfrentarse a su inevitable realidad: el final de una rutina que justificaba su infelicidad.
¿Vieron que podía escribir los versos mas tristes esta noche?
Antidepresivos, psicólogos, psiquiatras, terapias, homeopatía y tantos otras alternativas no son mas que aspirinas, apenas sirocaína para un alma errada que no hizo mas que esquivar LA mirada en el espejo.